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  • Foto del escritorDe Pura Casta Web

EMILIO DE JUSTO Y PERERA PIERDEN LOS TROFEOS POR LA ESPADA, PERO CONMUEVEN A MADRID

Fotos: Plaza 1


Otro día con el cartel de “No hay billetes” colgado en Las Ventas. Emoción entre los aficionados; la terna de esta tarde era de extremeños consagrados que saben bien lo que es triunfar en Madrid, sumando un total de doce puertas grandes entre los tres. Los toros de La Quinta han lucido bien, aunque algo disparejos, con la dificultad propia del encaste Santacoloma. Miguel Ángel Perera, Emilio de Justo y Ginés Marín han dejado momentos intensos, de toreo bueno, pero también de susto y ansiedad. El acero no permitió que haya triunfos mayores, pero se ha gozado mucho.


Inició a por todas Perera, yendo a la puerta de chiqueros a esperar a su adversario a portagayola. Muy suelto en su salida, va buscando tablas y no se deja fijar en el capote. Da pelea en el primer puyazo, pero en el segundo protesta. Destaca “El Fini” con las banderillas donde el toro tiene buena arrancada. Perera le ve condiciones y brinda a los tendidos. Buen inicio de faena, protegiéndose del viento, pero el toro va humillado, permitiendo ligar buenas tandas. Perera se muestra, haciendo embestir al animal de largo, llevándolo con temple, a media altura. Poderoso el diestro ante un adversario que se va quedando sin fuelle y empieza a buscar querencia donde ahora se planta para seguir robándole muletazos de gran calibre a un toro que pese a todo ha mostrado nobleza. Se alarga mucho la faena y le tocan el aviso. El animal no se fija a la muleta en la suerte suprema y el diestro deja una media estocada en buen sitio y Madrid le premia con una ovación y saludo en el tercio.

 El cuarto de la tarde sale con poco celo y se queda corto en el cite sin fijarse en el percal. Suerte de varas larga, sin que el toro se arranque. El animal empieza a tomar sentido y mide a los banderilleros. Emotivo brindis de Perera a Alberto Núñez Feijóo, político español y actual presidente del Partido Popular a quien pide “No deje nunca de cuidar no solo a la Tauromaquia, sino también a todo el sector primarios, que es la esencia de los pueblos”. El toro es protestón y no se emplea en el inicio de la faena. Lo busca el extremeño arriesgando; el burel se quiere quedar, pero la firmeza de Perera hace que la faena no pierda intensidad, poniéndose muy por encima del rival, con mucha pulcritud y gran dimensión que de a pocos va calando en los tendidos. El toro es muy áspero y empieza a ponerse peligroso, haciendo pasar a todos sustos en más de una oportunidad, pero la seriedad y aplomo de Miguel Ángel pudieron más. Nuevamente faena de más de diez minutos y le tocan un aviso. Entra a matar con rectitud y deja una estocada ligeramente trasera y tendida. El toro dobla y hay una petición que va cobrando fuerza, pero que no llega a mayoría y no es atendida por el presidente. El público ovaciona nuevamente al matador que da la vuelta al ruedo.


Emilio de Justo brindó esta tarde una de sus mejores presentaciones en Madrid. Con el primero de su lote tuvo un buen inicio, el toro salió alegre, pudiendo desarrollar con suma elegancia el toreo a la verónica. Buen primer encuentro con el caballo, el diestro hace un quite por chicuelinas muy bajas y vistosas que remata con una soberbia media. El toro se emplea mejor en el segundo viaje al caballo. Hace el quite ahora Ginés Marín también por chicuelinas muy ceñidas. Se alargó mucho la suerte, el toro en banderillas mantiene su buena embestida, aunque mira mucho a tablas; saluda una ovación Abraham Neiro “El Algabeño”. Brindis al público de parte de Emilio que inicia la faena midiendo mucho al animal. Le da su distancia y tiempo; empieza a ligar por el pitón derecho, por donde entra con mejor cualidad. Se van prolongando las series, pero cuando la faena empieza a hacer eco en el tendido, el toro empieza a perder condiciones y se para. El torero regula los pases, va siempre colocado y tratando de acoplarse al adversario en los pases finales. Deja una estocada desprendida. Palmas del publico y saluda la ovación en la arena.

En el quinto toro llegaría lo más importante de la corrida. El toro era serio e imponente; aplaudido en su salida, es recibido con una larga cambiada. Deja relucir su bravura en los primeros lances, echa las manos por delante, pero se termina de fijar. Se arranca pronto y da pelea a los varilargueros. En banderillas también permite el lucimiento, destacando Morenito de Arles que saludo la ovación del respetable. Brindis a los asistentes y empieza la faena llevando al toro por bajo. La bestia se muestra en un inicio exigente, demorando en entregarse a las citas del matador. Va perdiendo condiciones conforme avanza la faena, pero Emilio de Justo lo sabe llevar, dejando unas buenas series por la derecha. Un descuido y el toro le da una voltereta y muy cerca estuvo de calarlo en la arena. Se repone el diestro del susto y va ahora con la muleta por la izquierda; se siente tensión y el público se entrega al torero. Muy despacio va sacando al toro a los medios donde se perfila, momentos de suma angustia, entra a matar recto y con suma verdad. Los tendidos estallan. La emoción no deja ver que la estocada ha quedado tendida y el toro dobla, pero vuelve a ponerse de pie, está vendiendo cara su muerte. Suena el aviso, el toro busca el refugio de las tablas, todos expectantes para que ruede y caigan los trofeos, pero pasan los segundos y el toro sigue parado. Va por el descabello y falla. ¡No puede ser! se dijeron muchos, suena el segundo aviso. Atina finalmente con el verduguillo. Madrid está con el torero y pide con fuerza la oreja, pero esta no es concedida. Sale a recibir la ovación tras el arrastre y el respetable le exige dar la vuelta al ruedo. Una faena que merecía coronarse con el triunfo de las dos orejas, pero la espada es la que las corta, aunque estamos seguros de que será siempre recordada como una de las más entregadas de Emilio de Justo en el coso venteño.


Ginés Marín buscaba reencontrarse con el triunfo en Madrid. Fue a la puerta de chiqueros a recibir al toro también a portagayola. El toro es de menos hechuras que sus hermanos, pero embiste templado y se emplea en el capote de Marín. Violento encuentro con el caballo en el primer viaje haciendo caer de la cabalgadura al picador Guillermo Marín, padre del matador, sin mayores consecuencias. Se le mide el castigo en los siguientes viajes, pues no está sobrado de fuerza. Vistoso quite de Perera, que también dejó unas buenas y ajustadas chicuelinas. En la muleta el toro se deja más por el pitón derecho. El diestro lo torea con temple, pero el toro empieza a perder condiciones y no transmite. Deja pases de calidad, pero que no son retribuidos. Falla en la suerte suprema y escucha un aviso. Tiene que descabellar, atinando a la primera.

El último de la tarde fue lo opuesto a su primer contendiente; mucho más largo y alto, muy fuera del tipo común de este hierro. No se deja con la capa. No quiere acudir a la suerte de varas y en la pelea protesta buscando quitarse el castigo. Nada rescatable en el segundo tercio, que fue cumplidor. A la muleta llega con movimiento, pero sin mucha transmisión en el inicio. Buen toreo por naturales, Marín se quiere dejar ver, pero la faena anterior empieza a opacar la labor del jerezano. Últimos muletazos, el toro ya no acude y protesta. Deja una estocada enhebrada que fue protestada por el público. Momentos de apuro al intentar retirar el acero. Suena el aviso. Vuelve a perfilarse, pero pincha dos veces. Deja una entera al tercer viaje.

 

Ficha del festejo

Monumental Plaza de Toros Las Ventas – Madrid

Viernes 17 de mayo de 2024

Séptima de la Feria de San Isidro

Lleno de “No hay billetes”

Toros de La Quinta bien presentados, serios, aunque disparejos. De juego correcto, acorde a su procedencia, algunos faltos de fuerza. Destacó el quinto.

MIGUEL ÁNGEL PERERA: ovación y vuelta al ruedo

EMILIO DE JUSTO: ovación y vuelta al ruedo

GINÉS MARÍN: silencio y silencio


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