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TRIUNFO MEMORABLE DE DAVID DE MIRANDA Y LA SUBLIME CORRIDA DE SANTIAGO DOMECQ EN LA MAESTRANZA


Foto: Maestranza - Pagés


En una tarde colmada de emociones y pasión, la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla fue testigo de un acontecimiento inolvidable, donde se entrelazaron el arte del toreo y la bravura de los toros de Santiago Domecq. David de Miranda, con su valor y maestría, se erigió como el héroe de la tarde, mientras los ejemplares de la ganadería gaditana deslumbraron con su clase y entrega.

Desde que en mayo de 2019 David de Miranda dejara una huella imborrable al abrir la Puerta Grande de Las Ventas, su nombre ha resonado con fuerza en el mundo taurino. Sin embargo, su presentación en la Feria de Abril de 2020 se vio truncada por la pandemia. Pero este año, finalmente, llegó el momento esperado, y lo hizo con un triunfo magistral.

El quinto toro de la tarde, 'Tabarro', de la ganadería de Santiago Domecq, se convirtió en el protagonista indiscutible de la jornada. Con su bravura desbordante, desafió al diestro de Trigueros, quien respondió con una faena de antología. Series diestras y naturales, ejecutadas con maestría, arrancaron los aplausos del entregado público en el Coso del Baratillo.

El desempeño de De Miranda fue excepcional, destacando su entrega y valentía ante el bravo ejemplar. Sin embargo, su falta de precisión con el acero evitó la ansiada Puerta del Príncipe. A pesar de ello, el público reconoció su brillante actuación con dos merecidas orejas.

Pero la gloria no fue exclusiva de De Miranda, ya que la corrida de Santiago Domecq marcó un hito en la temporada taurina. La fina lámina de toros, bellísimos en su seriedad y bravísimos en su fondo, deleitó a los aficionados con su calidad y nobleza. 'Tabarro', en particular, conmovió al público con su derroche de bravura y clase, llegando a provocar la petición de indulto.

A pesar de la controversia en el palco sobre la concesión de trofeos, la excelencia del toro y la maestría de De Miranda no pasaron desapercibidas. El diestro se alzó como el gran triunfador de la tarde, saliendo a hombros por la puerta de cuadrillas entre el fervor de los aficionados.

La corrida comenzó con la presentación de José Garrido, quien demostró su valentía desde el inicio al recibir a su primer toro a portagayola. Con temple y decisión, Garrido supo aprovechar las buenas embestidas del astado, llevando a cabo una faena marcada por la firmeza y el buen gusto. A pesar de la disminución de la fuerza del toro, el diestro extremeño logró amarrar una oreja gracias a una estocada imponente que selló su actuación.

El segundo toro, de nombre Diestro, exhibió una clase excepcional desde el principio, respondiendo con transmisión a los cites de David de Miranda, quien se destacó con quites ajustados y valientes. Sin embargo, a pesar de la nobleza del animal, De Miranda no logró exprimir al máximo su potencial. Un poderoso inicio de faena de hinojos y luego varias series de naturales aprovechando el buen pitón del astado bastó para que la plaza se pusiera de su lado. Dejó una estocada entera contraria que no hizo efecto, tampoco atinó rápido con el verduguillo, esfumándose así la posibilidad de cortar algún trofeo.

El tercer toro de la tarde mostró una entrega menos marcada, siendo el único de la corrida que no demostró verdadera bravura. Leo Valadez, enfrentándose a este astado, evidenció su temple y corrección, aunque sin lograr destacar de manera contundente. Recibió una voltereta por parte del toro, sin aparente consecuencia. Una estocada defectuosa selló su actuación, dejando escapar la oportunidad de sumar trofeos. Pasó luego de esto a la enfermería.

El cuarto toro, con un comportamiento más montado y mirón, ofreció un buen juego en el caballo, siendo lucido en la suerte de varas por José Garrido. A pesar de la entrega del astado, la faena planteada resultó demasiado cerrada, careciendo de la profundidad y brillantez necesarias para conquistar al público. Un fallo con la espada frustró sus aspiraciones de más trofeos.

El quinto toro, destacado por su bravura y recorrido, fue el protagonista de la tarde. David de Miranda, supo conectar con la entrega y la nobleza del astado, realizando una faena que hizo vibrar a los tendidos. A pesar de algunos momentos de desconexión, De Miranda logró ligar una serie de pases emocionantes, demostrando su destreza y valor. Tras un pinchazo y una estocada definitiva, el torero sevillano se alzó con dos merecidas orejas. El presidente no concedió la vuelta al ruedo a este extraordinario toro, lo cual le valió protestas del respetable.

El sexto toro, dulce y noble, ofreció un juego menos intenso en comparación con sus compañeros. Leo Valadez, correcto y templado, no logró aprovechar completamente las embestidas del astado, mostrando una actuación discreta. A pesar de sus esfuerzos, una estocada defectuosa puso fin a su actuación sin trofeos.

La corrida de Santiago Domecq destacó por la variedad y la calidad de sus astados, que ofrecieron emociones intensas a lo largo de la tarde. Aunque algunos diestros lograron destacar, la exigencia de la plaza de Sevilla dejó claro que en el mundo del toreo cada uno está donde tiene que estar, y solo los más valientes y habilidosos pueden alcanzar la gloria en el ruedo. El toro pone las cosas en su lugar.


Ficha del festejo:

Real Maestranza de Sevilla

Martes, 9 de abril de 2024.

Segunda de feria.

Menos de media entrada. Toros de Santiago Domecq, todos cuatreños, de buena presentación, en tipo, con seriedad, con buen juego, destacando el segundo y sobre todo el quinto al que se solicitó el indulto. Con menores condiciones el tercero.


JOSÉ GARRIDO: Oreja y Silencio

DAVID DE MIRANDA: Ovación y Dos orejas

LEO VALADEZ: Silencio y Silencio


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